miércoles, 31 de diciembre de 2014

#SíSePuede! Resistencias en Educación: el caso del IES Salvador Dalí (Plataforma por la Educación Pública de Ciudad Lineal)

La Plataforma por la Educación Pública de Ciudad Lineal nos envía este correo:
Hola, os mandamos dos documentos sobre la lucha que emprendió la comunidad educativa del IES Salvador Dalí, en la que participamos como Plataforma, para impedir que la Consejería eliminara el bachillerato de ciencias en el instituto.
Están elaborados por el AMPA del IES Salvador Dalí, y uno de ellos ya fue presentado en el II Encuentro de la educación que queremos.
Creemos que puede ser una información de interés para otros centros que se vean obligados a emprender luchas similares, al describir de forma detallada los pasos de un camino que resultó exitoso. Y además demuestran, una vez más, lo que ya muchos sabemos, que la cooperación y la fuerza colectiva sí dan resultados.
¡Seguimos en la lucha!
Un saludo y felices fiestas.
Plataforma por la Educación Pública de Ciudad Lineal

RESISTENCIAS EN EDUCACIÓN

EL CASO DEL IES SALVADOR DALÍ

El 6 de junio de 2014 la comunidad educativa del IES Salvador Dalí (en adelante Salvador Dalí, o simplemente Dalí), un pequeño centro escolar del Madrid, en el distrito de Ciudad Lineal, acuerda, reunida en asamblea, el inicio de un encierro en el instituto.

El detonante de la situación había sido la negativa de la administración educativa a aceptar la admisión de plaza de doce alumnos que habían solicitado matricularse en primer curso de bachillerato para el año escolar 2014-2015.

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, a través de la Dirección de Área Territorial de Centro, integraba al Salvador Dalí en una estrategia general en toda la comunidad autónoma de demorar la garantía de plaza hasta el mes de septiembre de 2014. Se consolidaba así una inestabilidad que afectaba a la viabilidad de grupos de bachillerato, ( y de ESO) y, por tanto, a la continuidad de centros de enseñanza secundaria.

Puede considerarse esta circunstancia como el origen causante del conflicto de resistencia del IES Salvador Dalí ante las autoridades educativas.

Los ataques contra el instituto Salvador Dalí incluían, además de la eliminación de aulas de estudios de bachillerato de ciencias y la amenaza de cierre del centro a medio plazo, el engaño de la administración, que informaba a las familias de que no había plazas para matriculación en ESO cuando realmente sí las había.

Por otro lado, la comunidad del Salvador Dalí había encajado con malestar la concesión de módulos de FP Básica de Microinformática y Redes a un colegio privado-concertado próximo. Una resolución que se entendía como incomprensible si tenemos en cuenta que el Dalí es un instituto tecnológico.

Por si fuera poca argumentación, se denunciaba, simultáneamente, la marginación a los alumnos con discapacidad motórica que acoge el centro, adaptado para facilitar su integración.

En su primer comunicado, el día 6 de junio de 2014, la Asamblea coronaba su descripción reivindicativa denunciando la pérdida de plazas escolares públicas y gratuitas, la vulneración del derecho de libre elección de centro y la limitación de las posibilidades de desarrollo formativo y de aprendizaje del alumnado.

El resultado final de la movilización y el encierro fue la victoria de la Comunidad Educativa del Salvador Dalí frente la Administración.

El día 20 de junio de 2014, tras dos semanas de encierro y movilizaciones constantes, de acompañamiento a la presión principal, la Dirección de Área Territorial de Centro de la Comunidad de Madrid, competente en sus funciones de matriculación, publicó una lista de alumnos de primer curso de bachillerato admitidos para el curso 2014-2015.

Se consolidaban así los grupos de esta etapa educativa, garantizando la composición de dos grupos completos en la misma.

El relato de este episodio de resistencia no es diferente al de otras luchas en el marco educativo.

No obstante, el éxito de la movilización tuvo mucho que ver con la integración, sin fisuras, de la suma de apoyos desde todos los sectores con implicación e intereses en el conflicto: una agregación integrada.

¿Quiénes fueron estos “actores”?: Una parte del equipo directivo, del claustro docente; el conjunto del personal de administración y servicios y buena parte del de apoyo a la escolarización; madres y padres y organizaciones de ese sector; la Plataforma por la Educación Pública de Ciudad Lineal; la Asociación de Vecinos de San Pascual, las organizaciones sindicales del sector, partidos políticos y la Asamblea Popular del 15M de La Conce.

Naturalmente, cada parte de ese todo incidió con distinto grado en el gobierno de la movilización, pero sin la presión del conjunto no se hubiera alcanzado éxito en la resolución del conflicto.

Todos ellos se aglutinaron en torno a la ASAMBLEA del IES Salvador Dalí.
Fue ésta quien pilotó y coordinó la estrategia de resistencia para recuperar aquello que se negaba, la viabilidad del centro escolar.

Constituida en permanente, la Asamblea, que se mantiene en la actualidad, se convocó, se constituyó, tras la valoración inicial, por parte de representantes sindicales y madres del centro, de las acciones para enfrentar el conflicto.

Gracias a la fuerza motivadora, inicial, de una delegada sindical de Comisiones Obreras, en coordinación con el AMPA del centro, la Asamblea acogió y distribuyó el trabajo de cada uno de los impulsos presentes: el sindical, el laboral, el sociopolítico, el barrial. Todos.

En sus sesiones diarias fue expresión de política educativa, de participación democrática, igualitaria y horizontal, valoró, canalizó e impulsó todas las iniciativas que surgían, todas las propuestas que nacían y cada acción que consensuó.

La Asamblea fue pública, nació con vocación de salir del recinto del instituto, de llegar a la sociedad civil. Por ello se reunió en el patio que da acceso a la puerta de entrada al centro. Su marca visible llegó hasta la vía pública; se hizo, diríamos, parte de la calle.
Así reforzó su eficacia y consolidó su legitimidad al servicio de la lucha planteada.

Y así, se fueron agregando los movimientos generosos e integradores en defensa del amenazado instituto.

Y así, con la firmeza de la cooperación y el apoyo mutuo, se desarrollaron infinidad de acciones: 

  • Encierro
  • Cartas de denuncia: Del AMPA, del Consejo Escolar; al Defensor del Pueblo
  • Cartas de apoyo: de vecinos; de Ampas; de colegios cercanos; de la Plataforma por la Educación Pública de Ciudad Lineal…
  • Declaración conjunta de agradecimiento por la solidaridad recibida
  • Refrendo de la FRAVM; FAPA Giner de los Rios; partidos políticos, organizaciones sindicales
  • Hojas de firmas
  • Formularios de protesta
  • Organización de charlas informativas
  • Coordinación de debates sobre las acciones
  • Reclamaciones administrativas: ante la Inspección Educativa; ante la DAT
  • Recursos de las madres y padres afectados directamente
  • Octavillas explicativas
  • Pedagogía de la problemática con familias y alumnado
  • Colocación de textos reivindicativos en el perímetro del instituto
  • Elaboración de pancartas, de carteles, etc.
  • Concentraciones ante la DAT amparando a las personas en las reuniones
  • Mural reproduciendo el icono de Hulk como símbolo de resistencia Dalí
  • Batucada
  • Paseo reivindicativo en bicicleta
  • Pasacalles festivo por las calles del barrio
  • Estrategia en materia de comunicación: prensa, radio, televisión, redes sociales
  • Consenso de textos para difusión en medios
  • Concentraciones ante la DAT
  • Coordinación de correos electrónicos
  • Campaña de twitter; de fotografías de resistencia Dalí
  • Puesta en marcha de un blog
  • Consenso para la continuidad de la Asamblea

La resistencia Dalí, el nombre popular que designaba el conjunto de acciones de reivindicación, analizó y calculó los recursos con los que se contaba, y desarrolló una estrategia que atendía tanto a la cooperación interna como a responder al ataque de la Administración con rapidez y prontitud.

La decisión del encierro, que se inició en viernes, fue acompañada de un saber concienciar a los participantes sobre la posibilidad de un conflicto largo, que se extendiera un tiempo, pues los asuntos educativos tienen poca repercusión durante los fines de semana.

Además, la Asamblea expuso no sólo las circunstancias del caso Dalí, sino que explicó a la comunidad el contexto general de ataque a la escuela pública y razonó las causas que hacían entender el agravio comparativo entre los recursos puestos a disposición en nuestros centros y los que recibe la escuela concertada-privada.

De esta forma se consolidó el convencimiento en la protesta y la necesidad de resistir como forma de defender al conjunto de la red educativa pública.

Por otro lado, la Asamblea, al integrar a diversos sectores, planificó acciones conducentes a evitar la toma de represalias y castigos, que a menudo acompañan a los episodios de resistencia. Entre ellas, el contacto con las autoridades educativas y el envío de mensajes de apoyo constantes para con los que desarrollaban tareas laborales o administrativas en el instituto.

La estrategia de resistencia se articuló en torno a varios ejes, desarrollados a través de grupos de trabajo o comisiones rápidamente organizados:


  • El contacto inmediato con sindicatos, partidos políticos, plataformas y organizaciones del sector, asociaciones, para aprovechar su presión sobre los responsables de la iniciativa de daño y perjuicio.
  • Ejercer fuerza desde la protesta escrita, presencial, la solicitud de citas, etc. por parte de los más perjudicados o aquellos más afectados: familias, alumnos, profesores.
  • La activación de una campaña mediática inmediata, que incluía: contacto con los medios de comunicación; creación de acciones en redes sociales; escribir notas de prensa; identificar a los portavoces de los colectivos afectados…
A pesar de la importancia de las claves estratégicas y del acierto en la ejecución de las acciones desarrolladas, parece de todo punto relevante dar a conocer cómo una metodología de integración, que aglutinó fuerzas y aunó recursos sin atender a procedencias ideológicas, profesionales o de otra índole, fue capaz de reunir inteligencia y pensamiento colectivos.

Interesa sobremanera destacar cómo lo creado en el Dalí aportó potencia reivindicativa para derrotar injusticias y, al tiempo, fue motor para innovar y promover nuevas formas de relación en una comunidad diversa y plural.

El grupo en lucha incorporó la riqueza de los colectivos participantes, absorbió los conocimientos y las habilidades que previamente constituían las prácticas de resistencia y les dio cauce sin tribalismos, sin sectarismos, sin personalismos, sin narcisismos.

La Asamblea, por su formato intrínseco, de participación, de respeto democrático, amparó una actividad libre de intereses previos, orientó una actividad, a ratos o días, estimulantemente frenética, que nunca atendió al provecho o a la ganancia de organización o institución alguna.

Si finalmente, se desea divulgar este ejemplo de resistencia es para, humildemente, dar a conocer un camino que resultó exitoso y que puede casar en muchos casos similares.
La glosa más o menos gloriosa de un lucha ni es objeto ni objetivo de este relato, sino poner al alcance del sector educativo y del público que sí se puede, que la cooperación y la fuerza colectiva sí dan resultados…

Que, además, quedan para siempre.


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